jueves, 13 de enero de 2011

resiliencia y proyecciones positivas

En la entrada anterior Nuria hizo un comentario que merece la pena responder con alguna amplitud. Lo transcribo:

Estas Navidades hablaba con una tía que me comentaba que ella estaba convencida que cuando deseaba algo con mucha fuerza siempre se le cumplía.
Me comentaba que estaba convencida que le iba a tocar la lotería porque siempre había deseado que le tocara, aunque fuera poco. Mas que el dinero deseaba que se le cumpliera el deseo.
Tengo que decir que no nos tocó nada, pero a ella le sirve para vivir desde Septiembre hasta Enero con una ilusión especial. Me contaba que era capaz de sonreír imaginándose su foto en los periódicos brindando con cava.
¿Es esto esa energía resiliente?


La pregunta final no se puede contestar de manera directa. En resiliencia, por lo menos en esta visión holística de la resiliencia, no hay blanco o negro, sino un gran abanico de colores. En primer lugar habría que analizar todo el contexto y los efectos que este deseo tiene en diferentes áreas. Este tipo de deseos se basan en una proyección positiva: la persona se imagina consiguiendo algo que la hace feliz y eso le produce emociones positivas. Sin duda la capacidad de proyectar en positivo puede ayudar a generar confianza e incluso mejorar nuestra autoestima y nuestro rendimiento. Por eso se emplea como técnica en diferentes situaciones, desde el entrenamiento deportivo hasta en la preparación de exámenes o entrevistas de trabajo, entre otras cosas. En un amplio número de investigaciones se ha comprobado que las personas positivas, que suelen tener esta capacidad muy desarrollada, superan mejor las adversidades.

No obstante, esta habilidad para proyectarse a un futuro deseado puede también dar lugar a no resiliencia cuando esconde una estrategia de negación o evitación. Tomando el tema de los juegos de azar podríamos poner como ejemplo  el caso de alguien que rechaza un trabajo porque está convencido de que le va a tocar la lotería o que se gasta el sueldo en el bingo porque tiene la corazonada que va a obtener el premio. Desgraciadamente en la mayoría de las ludopatías encontramos este tipo de pensamientos que alejan a la persona de la realidad y, por tanto, repercuten negativamente a la hora de afrontar los problemas y llevar a cabo sus procesos de resiliencia.

Por supuesto no quiero decir que ese sea el caso de la persona de la que habla el anterior comentario. Si la tía de Nuria no toma riesgos innecesarios y resuelve con éxito el hecho de que no le toque la lotería, como así  parece dado que vuelve a jugar y a disfrutar con su proyección sabiendo que dura de septiembre hasta enero, podría servirle de estímulo resiliente en otras áreas.

De todas formas, a mí no me parece muy productivo desde la óptica de la resiliencia invertir nuestra energía emocional en este tipo de deseos. Por un lado, es una proyección que nos han metido a fuego en la cabeza; no hay más que ver los fantásticos anuncios que ponen cada año, y por otro nos enganchan con las imágenes de las personas que salen en la televisión y su desbordamiento de alegría. Lo que no nos suelen contar es que una vez que esas personas se adaptan a su nuevo nivel económico esa sensación de euforia desaparece. De hecho muchos estudios confirman, como por ejemplo Layard (20005) y Rifkin (2010), que una vez están cubiertas nuestras necesidades básicas el aumento de ingresos no está correlacionado con una mayor felicidad.

Y esto nos lleva al interesante tema de la felicidad y de cómo se relaciona con la resiliencia, pero eso lo trataré en otra ocasión. Gracias a Nuria y a todas las personas que han dejado sus comentarios. Esta interacción me parece una excelente manera de ir desarrollando y comprendiendo mejor este apasionante tema de la resiliencia.  

2 comentarios:

  1. Gracias Gloria por este comentario tan extenso. Puff lo que nos queda por aprender. Pero gracias a ti y a este blog ahora lo tenemos más fácil.

    Que yo sepa (y lo se) mi tia no es ludópata se crea un aporte nuevo de ilusión para pasar una época del año que para ella no es muy agradable.

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  2. Gloria tu ejemplo con el tabaco para transmitirnos lo que es la energía resiliente fue tan extremadamente gráfico que tuve la sensación de haberlo entendido todo a la perfección. Incluso ahora con esa aclaración que haces a la pregunta de Nuria me ratificas en mi creencia de que me había quedado todo super claro. Pero el caso es que no es así ni de lejos… Yo que estoy dejando de fumar estoy totalmente de acuerdo contigo que hay que buscar un método para llevarlo a cabo, fijarnos metas, pensar en positivo, buscar nuestros propios trucos, perdonarnos si recaemos, etc.

    Cuando estamos hablamos de tabaco todo me parece muy simple pero en mi lista de propósitos para el 2011 existen otros para los cuales me resulta más complicado establecer una estrategia a seguir. Me doy cuenta que esa energía de aprendizaje de la que hablas no es nada fácil de determinarla, es más, no tengo ni idea de que preguntas debería realizarme para aprender de mi misma o que recursos internos puedo necesitar para poder llevar a cabo mi propósito...

    Haciendo un paralelismo con el dejar de fumar, si por ejemplo, mi propósito fuera subir mi nivel de autoestima que tendría que preguntarme ¿cuáles son mis motivaciones para machacarme? o ¿Podría ser útil el limitar el número de veces al día que me machaque? o ¿como podría saber los recursos internos que necesito tener cuando lo lógico es que piense que no los tengo?

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